Este país fue uno de los últimos que visité y me tocó reconocer y evitar algunos timos comunes y lamentablemente caí en otro. Conoce aquí las estafas comunes en Turquía a viajeros y cómo evitarlas, para que a tí no te pase.
Todas las grandes ciudades del mundo tienen sus propias trampas para turistas, así es como puedes terminar con la “pulsera de la amistad” amarrada a la muñeca en Paris, caer en la estafa del anillo en Roma, o pagando algún precio ridículamente inflado por joyas que ni siquiera son de piedras realmente en alguna isla del Caribe.
Turquía no es la excepción y si bien la mayoría de estos timos se concentran en Estambul, vale la pena tenerlos en consideración si visitas también otras ciudades del país.
1) El lustrador de zapatos:
Este lo viví caminando por el lado asiático de Estambul, cerca del puente Galata, pero luego leyendo vi que es bastante común en varias zonas del a ciudad.
Caminábamos buscando paso hacia el puente por calles bastante solitarias, aunque iluminadas, sentía que alguien caminaba atrás. De pronto se adelantó y al pasar por el lado dejó caer el cepillo de lustrar zapatos justo delante.
Si en cualquier lugar del mundo alguien deja caer algo delante tuyo ¡no lo tomes! nuestra reacción fue avisarle, pero nunca tocar el objeto, luego de eso empezó insistentemente a ofrecer un lustrado “gratis” por la amabilidad… bueno esto nunca termina siendo realmente gratis y suelen aparecer los “amigos” del lustrador a exigir el pago de forma intimidante.
La clave fue no tomar el cepillo y decir que no con firmeza y salir rápidamente de ahí sin mirar atrás…
2) La compra enredada:
Me habían advertido que no comprara nada en Gran Bazar y caí como una niña, lo reconozco. Mi idea era entrar sólamente a tomar algunas fotografías, pero como ya deben haber escuchado más de una vez, los vendedores turcos son sumamente hábiles para los negocios y muy encantadores.
Encantados con el té turco nos metimos en una tiendita con variedad de té y dulces turcos, el vendedor no sólo nos contó la mitad de su vida mientras nos mostraba las distintas variedades, también nos habló en español para “practicar”, nos habló de nuestro país, todo en tono muy ameno.
El truco fue el siguiente, el té que nos mostró en inicio era el más barato de todos y todos se vendían por gramos. Con la idea de ese precio en mente, siguió mostrándonos otras variedades y obviamente el que terminamos por elegir costaba 10 veces más que el primero…
Atontados con las variedades y entre tanta historia y risas, terminamos comprando 2 variedades de té y algunos chocolates por poco más de 100 euros sin siquiera alcanzar a reaccionar.

Ni idea cómo se llamaba el local en el laberíntico Gran Bazar, pero justo saqué una foto
El tipo sacó las cuentas en una calculadora delante de nuestros ojos, siempre mezclando todo con sus historias y entre el cambio a liras turcas y todo, recién vine a caer en cuánto había pagado al mirar el voucher de mi tarjeta de crédito.
Por suerte para mí, por problemas de mi tarjeta, el banco anuló la compra porque la tarjeta fue posteriormente hackeada (desconozco si ocurrió en el mismo comercio) y la compra quedó sin efecto… le llamaremos karma… porque vamos, esos tés no costaban esa cantidad de dinero (a menos que hubiera comprado 30 kilos, que tampoco era el caso).
Moraleja: siempre atentos a todos los precios, no dejen que los enreden y no tengan miedo a decir que no, es preferible quedar de pesado a quedar con el bolsillo dañado.
3) El cambio de billetes:
Esto no me ocurrió pero es ampliamente difundido y de hecho me lo advirtieron en el hotel donde me quedé. Dentro de la variedad de moneda turca existen billetes que se parecen mucho entre ellos, es el caso de los billetes de 5 y de 50 y los de 20 y 100.
Un timo común en comercios y también en taxis es aquel donde el vendedor/chofer, al momento de que le pagas, cambia rápidamente los billetes y te hace creer que le pagaste de menos.
Así es como si pagaste con 50 te muestra un billete de 5 y te hace creer que pagaste de menos, con lo que terminas pagando la diferencia o dándole otro billete de mayor denominación.
Para evitarlo revisa muy bien cuando pagas y no pierdas nunca de vista tu dinero o bien juega el juego al revés, entrega tú realmente el billete pequeño y como no se les pasará por alto, luego completas el monto final. Porque no te cambiarán el billete de 5 por uno de 50 ni el de 20 por el de 100, si no al revés.
4) Los amigos:
Más frecuente para viajeros solos y con mayor frecuencia hombres, se te acercará en algún aeropuerto o terminal de buses una pareja o grupo de amigos que resultará también ser de otra ciudad y te invitarán a que vayan a tomar algo.
Ya más tarde en el bar puede que aparezcan algunas “amigas” cuyos tragos tendrás que pagar y el valor será exorbitante, hasta 300 euros puede salirte esta gracia. De no tener dinero los guardias del local “amablemente” te acompañarán a un cajero a sacar el monto adeudado.
Si desconocidos te invitan a tomar algo en cualquier lugar más vale que dudes y si decides arriesgarte no lleves contigo tarjetas y lleva un monto fijo de dinero del cuál no te puedas pasar. A veces es mejor no correr riesgos, más aún en culturas tan distintas.
5) La práctica de idiomas:
Suele ocurrir en lugares cercanos a puntos turísticos de interés de las ciudades más turísticas. En Estambul lo vi mucho cerca de las mezquitas.
Un personaje muy amable se acercará a tí con la excusa de practicar tu idioma de origen, a ti obviamente te parecerá simpático e incluso agradable hablar en tu idioma después de días escuchando un idioma tan diferente.
La persona en cuestión empezará a contarte datos de la historia de esos monumentos que tienes alrededor en lo que tu creerás no es más que una plática liviana.
Al final ya cuando quieras irte resultará que el tipo te cobrará por sus servicios como guía por todos los datos que te aportó de esos lugares y será así que terminarás pagando por un servicio que no pediste o bien pasando un mal rato zafando de pagar.
6) El cambio de monedas:
En algún lugar concurrido se te acercará alguien a pedirte si puedes cambiarle las monedas que tiene (en euro) por billetes, con la excusa de que a ellos no les cambian las monedas por liras, sólo los billetes y que seguramente a ti te servirá tener sencillo para continuar tu viaje.
Antes de darte cuenta tendrás un montón de monedas y tu billete habrá desaparecido, tarde te darás cuenta que las monedas que te dieron, con suerte corresponden a la mitad del billete que entregaste.
Moraleja: decir que no y cambiar sólamente en casas de cambio formales.
7) El cobro extra del restaurante:
Esto pasa en varios países y es más bien un descuido de parte de los viajeros. Te dejan en la mesa del restaurante algún acompañamiento o picoteo que parece ser una cortesía, pero que al final te das cuenta que ha sido cobrado.
Moraleja: siempre preguntar si aquello que te están poniendo en la mesa está incluído como cortesía, de no ser así rechazarlo o no consumirlo a menos que se te antoje y si estés dispuesto a pagarlo obviamente.
8) El taxi que da más vueltas de las debidas:
También común a un montón de ciudades del mundo, de hecho ocurre en mi misma ciudad sin ir más lejos.
Simplemente se trata del taxista que, cómo sabe que no eres de la zona, se da más vueltas de las necesarias para llegar al lugar donde vas, de forma de cobrarte más por taxímetro.
La aplicación Uber no está disponible en Turquía, que es una forma de saber que la ruta que necesitas hacer se está cumpliendo. Sin embargo es de utilidad tener datos móviles para poder tener el GPS activo de modo que puedas ir guiándote por Maps para saber si vas al lugar correcto por la ruta más rápida.
Otra estrategia es pedir al conductor que te diera un estimado de cuanto saldría el valor hasta el lugar al que quieres llegar, de ese modo tienes ya una idea y el valor del taxímetro no debería alejarse mucho de ese precio.
Reconozco que por cansancio terminé pagando más una vez, había caminado literal el día entero y Estambul a ratos se torna bastante laberíntico: muchas calles no son rectas, o son sin salida, los cruces peatonales no son muchos y en ocasiones caminas un montón sólo para cruzar una calle.

Es común que en el Gran Bazar los precios sean más altos que en otros lugares
Lo único que quería era llegar al hotel, darme un baño y poner los pies en alto y tomé un taxi a sabiendas de que el valor que me dió era alto para lo que yo estimaba era el trayecto, reconozco que el cansancio hizo que en ese momento me diera absolutamente lo mismo.
Creo que ya quedaron bien ejemplificadas las estafas comunes en Turquía a viajeros y cómo puedes evitarlas. La idea no es que se asusten demás, no es algo que ocurra todo el tiempo, pero si es mejor estar prevenidos, así si detectas alguna de estas situaciones, serás el primero en tomar medidas antes de que ocurran.
¿te ha pasado alguna de estas situaciones en algún viaje? no dejes de contármelo en tus comentarios…
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