Ya les contaré lo que fue planificar este viaje con más detalles, hoy les voy a contar de estos simpáticos animales y de como se convirtieron en una anécdota en mi viaje. No por nada se dice que en la Isla de Santorini habitan mas burros que personas y vaya que es cierto!
Llegué a Thira, el centro de la isla de Santorini, en avión y decidí alojarme en esta ciudad porque es económica y hay opciones para todos los gustos, en Oía es un poco más costoso. Me interesaba mucho conocer el volcán, y para ello se debía tomar un catamarán. El puerto está bajando el acantilado, ya sea por un camino zigzagueante de 580 peldaños que puede recorrerse a pie o en burro, o tomar el teleférico. Tanto en burro como en teleférico el costo es exactamente el mismo, 5 euros que quisimos ahorrar.
Decidimos bajar a pie, pensando que el camino, aunque largo, era en bajada y por tanto no tan pesado y ya de vuelta para subir, tomar el teleférico. Leí en varios lugares que bajar caminando tomaba alrededor de 20 a 30 minutos pero que era mejor «bajar con tiempo», me pareció curioso. El burro no me parecía una opción porque no comparto la explotación de los animales, aunque se les conoce por ser uno de los atractivos más característicos de la isla de Santorini. Estos nobles animales acarrean todo el día gente de arriba a abajo y viceversa, muchos turistas que además vienen con bolsos de los cruceros o con bastante sobrepeso por las comidas dentro de los mismos, para que sobrecargar más a los burros pensé…
ya caminando empezaron a bajar algunos burros por nuestro lado que se veían como una postal increíble con el acantilado de fondo, luego venían varios más subiendo, escuchábamos el sonido de las campanas que cuelgan de sus cuellos a medida que se iban acercando, primero de a 2 o 3, luego por montones!

Qué lindos burritos! que bueno que son pocos!
y así es como bajar a pie a poco andar se convirtió en una casi literal «tragedia griega» a momentos eran muchísimos los burros bajando y subiendo al mismo tiempo, chocando entre ellos, con nada de espacio para quienes intentábamos movernos en alguna dirección por lo que a ratos uno quedaba literalmente aplastado entre los burros y sin posibilidad de huir de los «regalitos» que van dejando en su trayecto. Si bien son animales dóciles, es difícil esquivarlos pues no suben en línea recta, lo hacen en zigzag de tal manera de cansarse menos, por lo que es impredecible adivinar cuando cambian de dirección.

mmm ok, parece que no son pocos! jajaja
Las vistas de Santorini en el trayecto, son increíbles definitivamente, pero acompañadas del olor a letrina de fondo y hay que decir que desde arriba también hay muy bonitas vistas. La verdad se hizo un poco pesado llegar abajo lleno de pelos de burro y habiendo pisado sus rastros, pesado pero sin duda una aventura para recordar (creo que aún tengo pesadillas con el sonido de esas campanas jajaja).
Si deciden aventurarse a bajar o subir a pie, les recomiendo ponerse bastante protector solar y usar la misma técnica que usan los burros para cansarse menos, no bajen derecho si no que en zigzag, igual es difícil esquivarlos pero al menos será menos cansador 😛